Periodista y fotógrafo

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soitu.es, la leyenda

Nunca pude creer que Soitu un día cerraría, pues nunca he trabajado con gente tan audaz. Son malos tiempos para casi todo, pero ver morir a un medio es algo triste, muy triste. Sobre todo porque la democracia se construye con pluralidad y Soitu ha sido pluralismo en estado puro.

Me llena de orgullo mi participación en Vida Digital, Visto en la Red, El Selector, y la sección de Fotografía -que sigo coordinando aún hasta dentro de unos días-. He aprendido bastante desde que escribí mi primer artículo hasta que el otro día publiqué el último. Agradezco especialmente a Delia Rodriguez y a Borja Echevarría todo lo que he aprendido de ellos a través del chat, el teléfono, y mis visitas a la redacción de la calle Cochabamba.

Hoy me quedo con esta cita de Walter Rathenau, a la que siempre hecho mano en momentos difíciles:

Incluso la época del agobio es digna de respeto, pues es obra, no del hombre, sino de la humanidad y, por lo tanto, de la naturaleza creadora, que puede ser dura, pero jamás absurda. Si es dura la época en que vi­vimos, tanto más debemos amarla, empaparla de nues­tro amor, hasta que logremos desplazar las pesadas ma­sas de materia que ocultan la luz que brilla al otro lado.

Volveremos. Eso seguro.
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¿Puede ser una réflex mejor que una compacta?

Mi último artículo publicado en soitu.es consiste en determinar cual de tres de las mejores cámaras compactas lanzadas en los últimos meses puede sustituir a una réflex sencilla y ligera. Para ello he probado la Panasonic Lumix DSC-LX3 (500 euros), la Ricoh GX200 (569 euros), y la Canon Powershot G10 (559 euros). En la segunda parte del mismo realizaré la prueba con la Sigma DP-1. La única compacta del mercado equipada con un sensor de tamaño APS-C.

Mi compacta es mejor que tu réflex (I) en soitu.es
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Hacia una economía de chamarileros


Atención a las declaraciones del primer entrevistado.

Este cronista fue hace años alumno del profesor Franciso Calvo Serraller. En una de sus clases recuerdo que nos hablaba de la habilidad de los chamarileros para detectar la falsedad o la autenticidad de los cuadros que se ponían a la venta en el rastro de Madrid. Contaba el profesor como estos chamarileros eran capaces de determinar mejor que muchos expertos si un, por ejemplo, un Murillo era auténtico o falso.

Estos días de caos económico he pensado en esos chamarileros. Creo que todos tenemos que aprender de ellos para afrontar el futuro económico que nos aguarda a la vuelta de la esquina. Esta crisis no es otra cosa que el fracaso de la enfermiza hiperrealidad, se acabó la dominación del signo.

Después de habernos burlado durante años de los gitanos y de los canis que acumulan oro hasta en sus dentaduras, después de que Gallardón prohiba a los hombres anuncio que publicitan el comercio del oro -ver vídeo-, después de que Solbes vendiese el año pasado gran parte de las reservas de oro del Banco de España y dijese que "el oro ya no es rentable", después de todo eso nos enteramos de que el oro es a día de hoy el principal valor refugio. Bienvenidos a la realidad.


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"Al habla Tom Holler" (el broker más famoso de esta crisis)

Las mil caras de este crack (soitu.es)

—Aquí Tom Holler, ¿sí?

—No sé si lo sabes, pero tu cara ha dado la vuelta al mundo con la crisis. ¿Esos gestos son naturales?

Ayer planteábamos la incógnita. ¿Este tipo que vemos todos los días reaccionando ante la evolución de la bolsa es de verdad un broker? Algunos lectores estaban convencidos de que es un actor. Pues no, no lo es.

—Soy un generador de mercado ('market maker') para Canadá y Estados Unidos. Trabajo para Baader Bank.

Tiene 30 años y se ha pasado los últimos ocho comprando y vendiendo acciones en la bolsa de Frankfurt.

—Básicamente lo que hago como generador de mercado es comprar acciones a un euro y las vendo a un euro y medio, para que todo el mundo pueda seguir comprando y el mercado fluya.

—¿Y nunca has pensado en hacerte actor?

—¡Ja, ja, ja! No, la verdad es que no.

—¿Pero tú posas para las fotos o te dicen los fotógrafos que hagas gestos?

—No, no, no. Yo estoy atento a mi pantalla y los fotógrafos simplemente se ponen delante de mí. Tengo delante a un par mientras hablo con vosotros. Son ellos los que disparan en el momento oportuno. El mercado está absolutamente loco, y yo reacciono a lo que veo.

—¿Y no hay más gente que quiera salir en la foto?

—Bueno, estoy sentado justo delante del índice DAX [el principal índice bursátil en Alemania], y eso es importante para ellos. Es un buen fondo.

—¿Cómo llevas la fama?

—Bueno, mis amigos me escriben todos los días mandándome fotos, en plan, "¡mira dónde te he visto!". Todo el mundo se está riendo mucho.

—¿Qué haces con las fotos, vas a hacer un blog?

—No, no. Hay una página en internet que recoge fotos divertidas de la bolsa y hay muchas mías. Con eso me basta.

—¿Y cómo analiza la situación de hoy el personaje de moda de la crisis?

—Ahora mismo estamos esperando a que abra Wall Street. Está siendo un trabajo muy duro. Todos estamos muy quemados y deseando que llegue el fin de semana. Estoy cansado, muy cansado.

[En soitu también hablamos con las agencias de fotógrafos y nos aseguraron que las fotografías no son posadas, pero que hay gente que reacciona de forma especial cuando está ante una cámara]

Un artículo de Miguel Moreno. Un auténtico crack del periodismo digital.

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Otro periodismo

Reportaje sobre soitu en cámara abierta 2.0

Lázaro Carreter decía que el adjetivo histórico había perdido su sentido desde que había partidos de fútbol históricos todos los fines de semana. De igual forma la palabra revolución ha perdido bastante su sentido por el abuso que de ella se ha hecho. Cada día la publicidad comercial y la propaganda política nos brindan tres o cuatro nuevas revoluciones. En lo que respecta a internet la palabra ha quedado casi inutilizada. Internet es revolucionario, pero mucho menos de lo que se dice.

En el momento en el que la información se antepuso a los tres pilares clásicos de la economía (tierra, trabajo y capital) ya no había más remedio: internet tenía que nacer. En ese sentido puede decirse que internet es revolucionario, pues nace de una redefinición de la estructura mundial económica. Los que controlan la información controlan el mundo, porque en sus manos tienen la herramienta para gestionar los tres factores productivos clásicos de la economía. De hecho, la teoría vigente sobre los factores de producción económicos ha incorporado el capital inmaterial como factor determinante, lo que ha dado lugar a la llamada economía del conocimiento.

Paradójicamente, este cambio ha provocado que el cuarto poder haya visto trastocada su estructura en el momento en el que internet ha aterrizado masivamente. Cada vez son más frecuentes los análisis que delatan cómo los canales de información clásicos, y los medios que operan en ellos, están perdiendo fuerza frente a medios completamente digitales. Esto no es un mero problema tecnológico. No se trata simplemente de que los grandes medios de comunicación transmitan sus informaciones escritas o audiovisuales vía internet. La revolución viene dada por un factor de escala.

Los medios de comunicación de masas han perdido con internet el monopolio de la difusión de la información. En el momento en el que la estructura comunicativa de la red ha comenzado amoldarse a plataformas tecnológicas que permiten de una vez por todas la comunicación punto-masa (blogs, redes sociales, tecnología rss...) el periodismo ciudadano se ha convertido en una realidad. Evidentemente, los medios de comunicación de masas siguen teniendo en su poder la capacidad de emitir informaciones que, por sus costes económicos y por la capacidad de los medios clásicos de acceder a las jerarquías del poder, no están al alcance del ciudadano. Sin embargo, el periodista digital tiene en su mano la posibilidad de ser independiente, y eso es revolucionario.
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Ramón Peco. Con la tecnología de Blogger.

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